En el argumento aprobado por Sam Raimi, Peter Parker terminaría la cuarta entrega renegando de su papel como Spiderman, arrojando su traje característico al cubo de la basura. Previamente habría tenido la dura elección de "perdonar la vida" al Buitre y así tener el amor de su hija o acabar con la amenaza que éste supone y por lo tanto perder su nuevo amor (una vez Mary Jane ya en el otro mundo, claro).
Con los mimbres que Raimi mostraba, toda la saga se ponía poco menos que en peligro, o al menos eso han difundido desde la productora. Ya que el cierre del filme daría un giro algo "torpe" para el conjunto de las películas. Y en definitiva, parece ser que actualmente es mucho más sencillo "reiniciar" las sagas, que comerse mucho la cabeza con refrescados de última hora. Sobre todo si están en juego unos cuantos millones de dólares (sin olvidar cómo están las cosas actualmente...).
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